jueves, 21 de marzo de 2013

Microrrelato (I)

Busqué dentro de la bolsa. Busqué por los cajones e incluso dentro del armario de las especias. Encontré aquello que busqué y ahora no buscaba. Pero no encontré el anillo. ¿Cómo puedo ser tan manazas? Pensé. ¿Cómo me presento allí, sin anillo, para pedirle matrimonio ante sus padres? Obviamente debe estar por aquí cerca. Debo haber pasado por alto algo pero..., ¿El qué? Si no lo encuentro paso de ir. Me la juego a ganarme el odio de toda su familia.

Suena el teléfono.

-¿Quién es?
- Soy yo, tu maldita conciencia. Eres un desastre. Has mirado en todos sitios, ¿No?
- Sí, claro que lo he hecho.
- Menos en tu bolsillo... - Para de hablar y toco mi bolsillo encontrando el anillo para mi alivio pero de pronto sigue dirigiéndose a mi - Lo tuviste siempre tan cerca, tan, tan cerca pero viste una posibilidad de error. Una inducción a la derrota y ya pensabas en rendirte. No mereces casarte con ella.

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