martes, 19 de febrero de 2013

El día que soñé con Rajoy

Me acuerdo que una vez estaba yo soñando (porque no me acuerdo nunca de los sueños, pero de este sí) y era todo muy bonito. Yo era un hombre rico, poderoso y sexy que tenía a la mujer más guapa del mundo. Pero de pronto, como si todo lo que llevaba soñado hubiera sido un trailer de la película de mi vida paralela, apareció él. Con un maletín negro que de seguro contenía dinero que probablemente perteneciera al conjunto de los españoles y vestido de frac y bombín. Me hizo un gesto con la mano para que me parase y de pronto todo el sueño se disolvió y todo quedó blanco, como si hubieran arrancado las imágenes de las paredes de la habitación de mi sueño. Seguro que si las hubiera investigado aún tendría trozos de celofán pegados en las paredes.
Me miró y suspiró:

- Vale que queráis descargaros discos gratis, total pagáis una fortuna por el internet, una fortuna que realmente no vale, así que me da igual pero... ¿No pretendes pagar por este sueño? - Me miró y consultó su reloj como si tuviera prisa.
- Espera, ¿Pretendes cobrarme el sueño? - Estaba empezando a ser un sueño muy raro.
- Sí, eso he dicho. ¿No ves las noticias? ¿Ves la crisis que hay? De algún lado tenemos que sacar el dinero que hay que darles a los alemanes, ¿no? - Empezaba a mirar lo que nos rodeaba, que no era más que una blancura infinita.
- Bueno, pero... ¿Tú estás loco, Mariano?
- No habernos votado. Sabías a lo que te exponías. Y esperate que esto no es el final. ¿Tú has estado alguna vez en un hospital?
- Primero, YO no te he votado, no soy subnormal. Segundo, sí he estado en un hospital, como todos.w - Surrealista todo, al fin y al cabo era un sueño.
- Pues ya verás, ya verás... van a ir unos técnicos casa por casa acoplando a vuestros televisores un sistema idéntico al de los hospitales. Tú metes monedas, ves la tele. Cuando se te acaba el plazo... ¡MÁS MONEDAS! Y ya a final de mes pasarán recogiendo el dinero.
- Esto tiene que ser un sueño, no puede ser verdad.
- Claro que no es verdad.
- Bueno, esas ideas si son para recaudar dinero para salir de la crisis bueno.. ¿no? - Ni yo sabía que estaba diciendo.
- No no, si ese dinero nos lo repartimos en el congreso. Es que no nos gusta llevarlo todo en billetes. Nos gusta sentirnos como el populacho. En el partido popular estamos comprometidos con el pueblo.

Mariano sonreía como si de verdad creyese que soy gilipollas. Y realmente ahora mismo me sentía así. Y se creerá que me hace gracia. Lo miré con mi mejor cara de te voy a matar y le dije:

- ¿Crees que puedes venir aquí, a mi sueño, a pedirme dinero y a decirme que me vas a robar y que no puedo hacer nada? Venga ya, vete a tomar por culo. - Me estaba alterando y Mariano no quería eso; o sí.
- Tranquilo, tranquilo si no vas a ganar nada con enfadarte.Voy a seguir haciendo lo que me salga de os hueviños. - Encima empieza a hablarme en gallego, será hijo de perra. Se va a cagar.
- Sal de mi sueño o te sacaré yo.
- ¿Cómo pretendes hacerlo? - Me miró retándome.
- Te vas a enterar, hijo de puta.

Me lancé sobre él y de pronto... me desperté.
Bueno, esto fue un sueño que tuve hace unos años... Os dejo, que estoy viendo una película y se me está acabando el tiempo de televisión y tengo que echar más monedas.

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